Vivimos rodeados de un mar de vibraciones con el que interactuamos todo el tiempo: el celular, el teléfono inalámbrico, los controles remotos inalámbricos, los transformadores eléctricos, los campos geomagnéticos provenientes del subsuelo, microondas, rayos X, antenas 5G, Módems, pensamientos y emociones de las personas en el ambiente en el que nos desempeñamos, etc.
Nuestro cuerpo es la antena de un sistema energético que constantemente capta las energías cósmicas, telúricas, electromagnéticas y sutiles del medio ambiente.
No solo el sonido emite vibraciones, también las imágenes y al igual que las ondas de sonido también existen las ONDAS DE IMAGEN que se emiten a través de las figuras por su forma, ángulos, profundidad, colores, expresiones y medidas exactas que en conjunto irradian vibraciones en diferentes grados de frecuencia y con características compatibles con la biología del ser humano.
En biofrecuencias a lo largo de varios años de aplicar terapias vibracionales hemos detectado a través de los diagnósticos que uno de los factores principales, sino es que el principal, en los casos de angustia, estrés, cansancio extremo, dolores de cabeza constantes, mal humor y hasta algunos casos de violencia física y verbal, son a causa de los trastornos del sueño, esto es:
"Para mí la falta de sueño tiene un impacto diario en la calidad de vida. Una noche particularmente mala conduce un día malo de autismo. Estos son días en los que mi equilibrio es pobre, donde los problemas sensoriales tienen un efecto más extremo de lo habitual. Y donde solo puedo tolerar a otras personas por un tiempo limitado, antes de que mis niveles de estrés se disparen y esté desesperado por irme a casa." (Anónimo, participante autista)
LOS PROBLEMAS DEL SUEÑO en los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) son hasta cuatro veces más propensos a tener problemas para conciliar el sueño que el resto de la población infantil. Así lo aseguró la doctora Mara Parellada, adjunta del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Universitario Gregorio Marañón y coordinadora de los programas de Atención Médica Integral a Trastorno del Espectro autista y Diagnóstico Complejo de Autismo. (Fuente: ABCfamilia).
En la última década ha habido un interés creciente por conocer la relación entre el TDAH y los trastornos del sueño, pues tanto en población infantil como adulta se ha identificado una elevada prevalencia de insomnio, de mala calidad del sueño y de alteraciones del ritmo circadiano.
Las personas con TDAH suelen asociar dificultades tanto para la conciliación como para el mantenimiento del sueño. Esto agrava la propia sintomatología del trastorno, al causar un peor funcionamiento cognitivo, así como mayor somnolencia diurna, inquietud e impulsividad. Estos síntomas, relacionados con la falta de un sueño reparador, también se asocian a un mayor riesgo de presentar otros trastornos psiquiátricos como la ansiedad o la depresión.
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